DUGIN & DASEIN
- gonzalojesuscasano
- 1 jul 2024
- 6 Min. de lectura
DUGIN & DASEIN
Ya terminada la lectura del libro de Dugin sí me encuentro en estado de shock-postraumático; ¡tanto me ha perturbado! ¿Es cierto que mis ojos han registrado tamañas aseveraciones?, ¿es un texto del siglo XXI, o uno medieval, quizás de un pope iluminado por el Altísimo?Así que propongo empezar …, por el principio, ¿por qué no?«Así pues la principal tarea estratégica del pueblo y sociedad rusos en el futuro próximo es conocer a fondo a Heidegger». Sí señor, toda una declaración de intenciones.Lo admito de entrada, desde mis lejanos (¡ay!) tiempos universitarios Heidegger ha sido mi bestia negra intelectual. Me resultaba (resulta) difícil, opaco; no conseguía desentrañar sus escritos, lo cual me dejaba en un estado de honda insatisfacción. Lo encontraba más abstruso que la mecánica cuántica, enigmático como Heráclito, y causando más frustración al Ser de mi siglo. Añadiré que también es bestia negra para mí la otra gran H de la filosofía alemana, Hegel, a quien dedicaría las mismas lindezas. Y ya puestos se podría adjuntar otra H, Habermas.Dasein, inzwischen, ser-para-la muerte, ser-en-el-mundo, Logos, aletheia, presocráticos, ser-arrojado, Ereignis, ente y Ser, Seinfrage etc., ¿por qué existe el Ser más bien que la Nada? Todo muy poderoso, cargado (supuestamente) de transcendencia, de hondura metafísica; pero yo no conseguía penetrar en su significado, y mucho menos resumir su pensamiento en unos folios: la maldición de un enseñante.De este modo se comprenderá que habitualmente soy «malo» (suspicaz, maquiavélico) con Heidegger, y me pongo el traje del neopositivista, y acudo rápidamente al error categorial. Ya saben, «César es un número primo», o «¿de qué color es el 7? Juntamos dos términos que son de órdenes distintos, de modo que aunque la estructura gramatical tiene pinta de correcta, el significado ¡no existe!, i.e. no deberían haberse enlazado en tan calamitoso matrimonio. En suma, el sinsentido: no estás diciendo nada (coherente), aunque a algunos les parezca que sí, en especial a los metafísicos & filósofos continentales: sólo es bla-bla-bla, brrr, sonidos, pero no significado.Wittgenstein: de lo que no se puede hablar mejor es callarse; los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo. Lo que pasa es que el lenguaje de Heidegger parece no conocer fronteras, y se expande, se expande, con lo que «su» mundo adquiere un tamaño descomunal (¿multiverso?).Ciertamente es muy atrevido (intentar) descartar así, de un plumazo (latigazo) a uno de los puntales de la filosofía occidental, pero ya he reconocido que ahora estoy con mi ropaje de «malo»; en otras ocasiones mi rol es el de poli bueno.En consecuencia, cada vez que aparecía el nombre del gran filósofo en La Cuarta Teoría se ponían los vellos de punta: no lo voy a pillar, confusión; ¡ay mísero de mí, ay infelice! Y hete aquí que en tal estado de desesperanza epistemológica me topé con una lista de temas del gran filósofo, que Dugin considera fundamentales para su doctrina:-espacialidad existencial y fenomenología de las fronteras.-el príncipe y la nada.-el parlamento y ser-para-la-muerte.-filosofía existencial de la jurisprudencia.-revolución y huida de los dioses.-urbanización y la casa del Ser.¡Ahí estaba!, ¡nítido ante mis mortales ojos!, César y los números primos, o la velocidad del tocino, o cuánto tocino contiene la velocidad. Mi estupefacción gnoseológica había alcanzado la cima del Everest, y ahora todo era bajada … hasta llegar a París y ganar el Tour (¡bravo Indurain!).Que me aspen si sabía que las fronteras, husserlianas, tiene fenomenología; por las barbas del profeta que no capto el nexo entre César Borgia y la nada; voto a bríos que ignoraba que las revoluciones las causan los dioses y que éstos son cobardes. El ser-para-la-muerte de los parlamentarios será debido a que están hasta las napias y hundiéndose en la angustia existencial; bueno, si son carpetovetónicos ´se entiende, es más estoy convencido de que muchos ciudadanos agradecerían tal postura drástica, ante el fin de la existencia. ¿Y cómo conectamos a los arquitectos con la ontología, Ser, Sein, ente, einai, ontos, sum, esse?Sería chistoso, de no ser por la relación de estos conceptos & ideario con los cientos de miles de muertos en Ucrania, ¡ay! Además cuando pienso en ésta surge en seguida en mi cerebro el Holodomor, ¡huy!¡Pero al César lo que es del César (y a los primos los tíos)! Dugin demuestra en esta obra ser un gran expositor de teorías políticas, y he aprendido lo mío con él: se nota que ha sido profesor. Entonces, ¿cómo casa este aspecto de fino análisis histórico/político con esos ramalazos de super-metafísica/mesianismo/milenarismo/ultranacionalismo ..? El alma humana es insondable, si es que existe.Mucho me temo que mi reacción excesivamente negativa a esta ideología se deba a mi «lectura» crítica, desde el positivismo lógico, escuela a la que no pertenezco por cierto.Millerman me ha ofrecido un texto de Dugin sobre la filosofía del caos (¿que es eso?) que no hace más que poner clavos en el ataúd (espero que no el mío):-lógica del caos [aristotélica o matemática].-el mito del nacimiento virginal; caos como Madre [???, !!!].-bien y mal caóticos [¿es que no se sabe qué es la moral?; ¿actuaremos llenos de desorden, entropía?].-el pueblo (narod) y caos [¿será como el Volk de Herr Adolf].-coordenadas caóticas del espacio (¿Euclides, Riemann, Lobachevsky?].¡Donde hay caos es en mi mente! Y lo que me temo es que la haya también en la de Putin, pero ésta contiene asimismo delirios de grandeza, y tanques.Al poco de acabar la obra me puse no ya «malo», sino en plan «peor», cínico y me asaltó la idea de que Dugin utilizaba a Heidegger para dar un soporte filosófico de prestigio a su Eurasianismo, esto es, un barniz de solidez intelectual para esconder una madera carcomida por las termitas. Sí, soy «peor»: buscaría una capa de respetabilidad académica para unos dogmas nacionalistas/tradicionales rancios, y medievales.El propio Millerman nos comenta que hay críticos que sólo ven eso en el heideggerianismo (¡vaya «palabro»!) de Dugin., y yo, modestamente, me sumo, con mi vestimenta «peor». Y después otra idea afloró en mi coco, ¿por qué no Hegel, la otra H, en vez de Heidegger? Si se busca un pensador abstruso, impenetrable, de amplio renombre, nadie mejor que el de Jena. En tal caso en vez de izquierda y derecha heideggeriana (desconocía su existencia) tendríamos la hegeliana, de ilustre abolengo, con Karl Marx incardinado en la siniestra, ¡no se puede pedir más para dar lustre erudito, Mr. Proper, al Eurasianismo!Sin embargo luego cavilé que a su extraño modo Hegel es discípulo de Kant, y claro, el bajito de la Montaña del Rey tiene un inerradicable aroma a Ilustración, y ésta es para Dugin el Anticristo, la Caída, la Degeneración (aquí estoy en las antípodas de Dugin), respecto a la sana & sacra tradición, rusa. Y no es cuestión de meter al enemigo en casa, así que nos quedamos con Heidegger …, y yo con mi disfraz de poli peor.Verdaderamente el odio de Dugin a la Modernidad/Ilustración es visceral, incluso irracional …, término muy adecuado, porque tratamos con el símbolo de la Razón. Yo llamaría a su teoría nacional-tradicionalismo, de no ser por el paralelismo con nacional-socialismo y nacional-bolchevismo (¿oxímoron?); así que me voy a quedar con Eurasianismo, que la caracteriza bien, por el rasgo geográfico y a la vez político.
El mar está melancólico/el viento está rabioso/las nubes son generosas/los campos están alegres … Por supuesto que pueden emplearse expresiones de este cariz en lírica, todo el mundo las entiende y las acepta, porque se trata del Universo de la metáfora, de la figura literaria, del estiramiento del lenguaje hacia dimensiones adicionales. Pero no es ése el uso apropiado cuando buscamos conseguir una descripción de la realidad (uno-a-uno). Sí, la filosofía no es falsable (Popper), ni empírica, pero tampoco es poesía, porque pretende una comprensión, y un relato sobre el cosmos. En ella se puede ser inventivo, forzar y estirar el lenguaje, pero no hasta el extremo de romperlo, de llegar a la ausencia de significado. Por supuesto ésta es la recriminación de la filosofía analítica a Hegel, Heidegger y Cía., que se ajusta como un guante a Dugin. Éste, evidentemente, podría defenderse aludiendo a su repudio a las ciencias (producto del diabólico Occidente) y al Racionalismo ilustrado; pero me parece una pobre táctica, porque lo hunde de lleno en los «juegos lingüísticos», en el lenguaje sin referente en la realidad externa. ¿Crítica simplona a Dugin?, puede ser, pero considero que es el núcleo de las que recibe. Yo desde luego no le compro su pretensión de construir todo su edificio ideológico sobre la metafísica desaforada de Heidegger; más aún, es probable que se encuentre ahí otro error categorial: César-números primos/ontología de Heidegger-geopolítica.
Aquí van mis modestos intentos de errores categoriales, o de dilatación del lenguaje natural al menos:Amiga Luna, olvida la prudenciabrilla pues y permite mi andanzapara que mi espada olvide la clemenciay cumpla mi venganza.
Tortuga, avanza presurosatal que mi sagaz ojo pueda divisartemi acción se torne venturosay en sopa pueda degustarte.
Mayo 2.023