DUGIN I
- gonzalojesuscasano
- 1 jul 2024
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DUGIN I
¡No a los atentados terroristas!, ¡contra quién sea! No existe justificación. No conocía a Dugin, ¡ay!, pero estos días he hecho un esfuerzo por vía rápida para informarme un poco en Internet. Y con el atrevimiento que otorga la ignorancia me lanzo a unas impresiones, no extemporáneas. Ante todo, tras leer acerca de su pensamiento me hallo en estado de shock pre-traumático, porque preveo que el auténtico trauma arribará cuando haya estudiado con detenimiento sus textos. Pertenezco a ese grupo que pensaba que tras la caída de la URSS Rusia, y quizás todo el planeta, caería en la órbita de la democracia liberal, vamos, que esto era el Fin de La Historia (F. Fukuyama): el triunfo de Hegel sobre Marx, o mejor, el de Adam Smith. Que sólo quedaba en pie en el cuadrilátero, tras el fin de la Guerra Fría, la ideología/cosmovisión/teoría económica liberal. ¡Ay mísero de mí, ay infelice!, estaba soñando como Segismundo.Dugin está vinculado a varios grupos europeos de ultraderecha, porque su ideario va por ahí. Pero él añade una llamada a la Cristiandad Ortodoxa, en su forma de Viejos Creyentes, quienes rechazaron las reformas del s. XVII. Nuestro filósofo encuentra aquí un venero de ritos ancestrales, incardinados en creencias y hábitos del pueblo ruso, incluso, sí, paganos. Todo ello muy nacionalista, muy étnico, muy ruso. Además mete en su ensalada dialéctica esoterismo, ocultismo, misticismo, New Age (al principio supuse que esto era un grupo de rock duro) …; y así cocina su Modelo de pensamiento, opuesto al ilustrado occidental, en su Cuarta Teoría Política. La cabeza me da vueltas, y no por el alcohol.He oído en ocasiones referencias a una tercera vía, que superara la dicotomía Capitalismo vs. Comunismo, sin entenderlo bien. Pero Dugin ya está en la cuarta, porque la tercera sería el fascismo. Esta cuarta subsumiría y trascendería, muy hegelianamente, las anteriores: una receta mejorada según él, pero yo no me animo a probarla, por muy sabroso que sea el aliño. Y sospecho que carece de este último. Ahora voy con alguna de sus perlas.*Nuestro hombre tiene como objetivo la Gran Rusia, ortodoxa e imperial, cuya influencia se extendería desde Dublín hasta Vladivostok. Quizás lo primero es por la cerveza Guinness, o la música de Enya; esta última me encanta, la primera no tanto. El gran enemigo de ese proyecto imperial, inspirado por los zares y por Stalin (sic) es el Atlantismo, dirigido por EE.UU., que es el Imperio del Mal; vaya, ¡con Reagan hemos topado! EE.UU. controla (y degrada) gran parte del planeta, con su red de espías y agentes de la Quinta Columna (ya estamos de lleno en la teoría conspirativa), y con la globalización. Hay que suponer que EE.UU. quiere pervertirnos con McDonald’s, Kentucky Fried Chicken, tejanos, hot dogs, películas de superhéroes de Marvel, y mantequilla de cacahuete (esto sí que no me gusta).Frente a esta avalancha de decadencia del Oeste la Gran Rusia cristiana, tradicional y de valores familiares ¡tiene que defenderse! Lo normal es un ataque preventivo, como el de Hitler en Polonia: en ambos casos se trata de salvaguardar la Patria; por ende una las inspiraciones de nuestro pensador es ¡la Ahnenerbe de la SS! Imagino que eso es la operación especial en Ucrania; y me temo que Dugin, con su Eurasianismo, promoverá otras «intervenciones».Nuestro autor no encuentra objeciones éticas para todo estos «procedimientos», porque asevera que la democracia representativa, el individualismo y los Derechos Humanos son valores occidentales, no universales; ¡Kant se levantaría de su tumba! Desde luego no se puede ser más anti-Ilustración, y ésta es la base intelectual y moral de nuestra civilización. ¡Peligro total!Huelo aquí el Lebensraum de Herr Adolf, que conlleva expansionismo (de la raza elegida, Menschen: no sé la palabra en ruso) y sometimiento (de las descartadas, Untermenschen), a pesar de que con Siberia Rusia tiene mucho «Raum». Pues sí, ¡máximo peligro!
Mayo 2.023