FRANKENSTEIN & TERMODINÁMICA
- gonzalojesuscasano
- 6 ago 2023
- 4 Min. de lectura
FRANKENSTEIN & TERMODINÁMICA
Los españolitos llevamos largo tiempo oyendo hablar, y hablando, del monstruo de Frankenstein, pero referido no al fenómeno fílmico de la Universal, sino a ¡nuestro Gobierno! La Criatura estaba hecha de órganos, miembros, extremidades de distintos cuerpos (cadáveres), constituyendo un ser humano (si puede denominarse así) anti-Natura, anormal, inquietante. Pues sí, llevamos largo tiempo describiendo de este modo a nuestro contemporáneo Gobierno, y al que se está preparando; y es que se halla compuesto por casi dos decenas de partidos, de diferente signo, extracción e intención. En fin, un escenario difícil de concebir, y peor aún de predecir, si cada grupo tira por su lado, que a menudo es el camino opuesto al de otro.
Bueno, este criticismo es facilón, y no contempla que la diversidad puede ser fuente de riqueza … en ocasiones; aunque ciertamente en otras, las más numerosas, es origen de disarmonía, de ruptura de la estabilidad. Lo último es lo que más asusta a los empresarios, y a la Bolsa, así que ¡ojo al parche!, que nos jugamos la macroeconomía, y ya sabemos que con las cosas de comer no se juega.
A mí concretamente lo que más me preocupa, aunque sigo durmiendo bien de momento, es la disparidad, incluso enfrentamiento, de esos partidos que constituye este Ser, al que dudo en calificar de vivo, en biología o en política. Yendo al grano, tenemos en mismo paquete un colectivo riguroso defensor (en apariencia) de la Constitución, el Estado monárquico, y a la vez otros que buscan liquidar este último, proclamando la independencia de sus comunidades, que se entiende están siendo colonizadas/oprimidas por ese Estado Español injusto e indecente. Desde luego no se puede poseer doctrinas políticas más enfrentadas, pero hete aquí que todos están colaborando (¿cómo?) en el mismo Ejecutivo.
Con todo lo que más me choca en ese Gobierno multipartido/multipolar es lo de la Internacional. Para el Comunismo el Sujeto de la Historia, y de la explotación, es la clase, no las naciones, los grupos étnicos, los Pueblos, Volk, Narod; para Marx y Cía. la Sociedad Sin Clases, lo será también sin naciones, sin colectividades raciales, lingüísticas, culturales, históricas etc. Al Final (¿de la Sociedad, de los Tiempos?), sólo existirá el Proletariado, indistinto, Universal, planetario, y habrán desaparecido (diluidos) las tribus, clanes, naciones …, no existirán españoles, franceses, alemanes, catalanes, gallegos, vascos, sólo Obreros. Pero otros socios de ese Gobierno precisamente definen su doctrina como el mantenimiento, esencial, de esas etnias. Pues sí, a mí me resulta sencillamente una inconsistencia, un batiburrillo que casi nadie entiende, al menos yo no, y sigo siendo alguien.
Mis recientes lecturas de Dugin (otro “fenómeno”) ciertamente me han marcado en mi visión (o mejor, no visión, porque todo se me presenta oscuro) de todo el tinglado; él alude en ocasiones al nacional-bolchevismo, que siempre digo que me parece un rotundo oxímoron, de libro. ¿Qué demonios tiene que ver la Sociedad Internacional, sin clases, con la sustentada sobre el Narod ruso, sus mitos y leyendas, folclore, costumbres y tradiciones, lengua, historia común, y religión? Sí, religión, porque el opiáceo del Narod, que lo aliena y atonta, se convierte por toque de varita mágica de Dugin (y Putin) es elemento fundamental, incluso definidor, de la etnia rusa. Marx se afeitaría las barbas, si oyera esto, ¡cielos!, aunque para él no existía el Cielo.
¡Pero si en la URSS no se trataba de los rusos, sino de los trabajadores, de todo el orbe, sin distinciones nacionales! Resignémonos, porque Dugin es capaz de asumir el pasado soviético, y sumarle a ello la religión ortodoxa rusa, incluso la de los Viejos Creyentes (rancio abolengo, como pre-Trento); la fe religiosa ya no envilece a los Pueblos, sino que los define, los constituye. Yo, pobre de mí, sigo sin ser capaz de meterme semejante ensalada de credos en la cabeza: supongo que se deberá a mi estrechez de miras, y de entendederas.
Pero sí, ahí están todos juntitos, en convivencia y connivencia, y bien avenidos; aunque no, esto último no tanto.
Aunque soy de Humanidades siempre me ha atraído todo ese asunto del Segundo Principio de la Termodinámica, el aumento de la entropía, la muerte térmica del Universo. Lo último suena tremendo, inquietante, con toques de sublimidad incluso, a película de Kubrick o del C. Nolan. La entropía mide el desorden, que siempre aumenta y marca la Flecha del Tiempo, i.e. los muchos pedazos de la taza estrellada contra el suelo no volverán a juntarse en una taza recompuesta, encima de mi mesa de desayuno. Además desorden significa pérdida de información, así antes teníamos dos recipientes, bien separados, uno con gas caliente y otro con gas frío. Si los mezclamos, el revoltijo, todas las partículas mezcladas, la misma temperatura, confusión …, sabemos mucho menos. Ciertamente el calor es energía, pero en una forma que no posibilita generar Trabajo, F.d; un tipo de energía inútil, inerte, inservible, que ni siquiera merece tal denominación. De todo ello se colige que estamos destinados en nuestro cosmos al Equilibrio térmico, ahí terminará el tiempo. Todo a la misma temperatura, no hay ninguna actividad, nada se mueve, por consiguiente no hay tiempo al no existir nada que medir; el Gran Aburrimiento, como una partida de mus sin cartas, sin amarracos, sin pacharán: la Nada de los metafísicos y Heidegger. ¡Menudo panorama!
En mi atrevida, y calumniadora (pido disculpas), comparación, sugiero (sólo eso) que ese grupo de Gobierno Frankenstein, con tantos colectivos e ideologías, es una confusión tremenda, el gas en homogeneidad térmica, mayor entropía, hemos perdido información etc. etc. Y en tal tesitura no se puede producir Trabajo, F.d; aunque trabajo político sí que tienen, esto es, decidir entre: clases o etnias, materialismo histórico o historias nacionales, Sociedad sin Clases o Comunidad religiosa, modo de producción comunista o autarquías económicas patrias, eliminación de la propiedad privada o derechos consuetudinarios sobre ésta. Y así suma y sigue, mucho sumar, y mucho seguir …, ¿hasta cuándo? Es evidente, hasta la igualdad térmica en la sociedad, ¿y en el cosmos?
De acuerdo, sí esta es una descripción (crítica) muy dura, probablemente injusta, de la situación socio-política carpetovetónica, pero este es un país libre, suponemos, con derecho a interpretaciones negativas. En todo caso sí confío en que esta reflexión haya sido informativa, y por tanto haya reducido la entropía, que es la característica de los procesos en la Tierra causados por los seres vivos: somos capaces de generar orden en nuestras actividades en la Naturaleza. Si las plantas lo hacen sólo pedimos pedir lo mismo a nuestros políticos.