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LA MÁSCARA DE LOS NO-HÉROES

  • gonzalojesuscasano
  • 7 ago 2023
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 8 ago 2023

LA MÁSCARA DE LOS NO-HÉROES


La Máscara de los Héroes es una de las mejores, si no la mejor, novelas españolas que he me he encontrado- en muchos años; a continuación debo reconocer, ¡ay!, que he leído pocas, con lo cual mi juicio arrastra poco crédito, ¡más ay! En cualquier caso y circunstancia ahí queda mi aseveración. Lo de no-héroes se acopla muy bien al signo de la época, donde es frecuente verse obligado a efectuar definiciones en negativo: no-esfuerzo, no-calvinismo, no-ethos protestante, no-corrección política, no-pensamiento único (¡cómo!) y demás. Estos noes van a guiarme en las próximas líneas, y argumentación (confío en que haya tal cosa); curiosos tiempos estos que corren (¿o están atascados?), en los cuales los asertos se realizan en negativo, ¡vaya!, me viene a la mente aquello de la Teología negativa; pero ésa es otra historia, y es mejor que sigamos antes que se haga de noche.

Hay una frase/aserto/afirmación/concepto/doctrina del barbudo de Tréveris que se me ha quedado grabada, que me persigue desde mis tiempos de Universidad (lejanos, en una galaxia muy distante): el ser social determina la conciencia. Muy repetida, muy comentada, muy utilizada, y quizás no suficientemente apreciada, ¡porque no conviene! Érase una vez (que es ahora, en España, no se me despisten) un Gobierno hecho de pedazos de cuerpos distintos, i.e. de partidos diversos e incluso antagónicos: Frankenstein, y no me refiero al doctor/creador, sino a la Criatura/Monstruo. ¡Cómo esto ha ocurrido y nadie lo ha sabido! Bueno quizás se ha sabido pero no se ha admitido, reconocido, en fin, sigamos: la noche está cada vez más cerca.

Junto al dictum marxiano (no marciano, porque, ¡cielos!, es muy terrestre) hay otro lema, otro leit motiv (¿a que suena guay en Deutsch?) que guía todo esto: Intereses Creados, sí, D. Jacinto Benavente. Como en Ockham apoyo que la explicación más simple es la correcta, y si este procedimiento ha sido muy efectivo en la ciencia empírica, también podría serlo en la política “empírica”. Francamente, sólo así me entra en la mollera que estén juntitos en el mismo Gobierno partidos marxistas/internacionalistas/proletarios/economía planificada, con otros nacionalistas/regionalistas/propiedad privada/Mercado/tradiciones ancestrales. ¿Cómo es que han pactado?, por interés, porque todos esperan sacar tajada, obtener algo de Papá Estado, engañando a Mamá Constitución.

Sí, desde luego, la Derecha asimismo busca el Interés; la diferencia, y distancia, está en que el Capitalismo lo reconoce de entrada, es más se define así: conseguir un beneficio (económico, no espiritual), al vender mercancías, que se invierte para comprar más y ponerlas de nuevo en el Mercado, obtener más dinero y así sucesivamente. Este sistema económico se define así desde Adam Smith, no es una institución de beneficencia, de hermanitas de la caridad, de altruismo, ¡es para ganar pasta! Los empresarios privados no lo ocultan y así actúan, y al que no le guste que emigre a Corea del Norte; en esto son rotundos, tipos duros como Wayne e Eastwood.

Sin embargo la izquierda, los marxistas-leninistas, sí que tienen como valor, como principio guía, la Justicia Social, la distribución de la riqueza. Pero en esta alianza Frankenstein, unidos a los del Mercado, ello no se ve por ninguna parte, ni por delante ni por detrás …; así que tiene que tratarse de Intereses, Creados o Innatos. Estas actitudes, conductas, confunden, o mejor irritan, porque se quiebra el ideario fundacional; pero el propio Marx parece capaz de explicarlo: el ser social, en este caso las circunstancias políticas. La motivación, inicial y final, sería: conseguir el Poder, como sea. Y de nuevo Marx: la ideología como falsa conciencia, como máscara, conjunto de conceptos articulados en una teoría (falsa) para encubrir la realidad. Y ésta es sencillamente la infraestructura económica, en el capitalismo; un modo de producción centrado en obtener plusvalía a través de la explotación de los proletarios. A estos se les da una buena dosis de ideología-ocultación para que no se enteren de lo que pasa; el ejemplo típico y tópico es la religión: sufre y resígnate en este mundo (burgués) para en el Otro recibas tu celestial recompensa.

En efecto, toda la argumentación marxista es muy conocida, y repetida. Pero en estos momentos, y en otros anteriores, hemos contemplado como los comunistas/socialistas han empleado ese mismo método de la ideología/ocultación, pero no utilizando la religión, sino: feminismo radical, ecologismo extremo, LGTB, derechos animales, violencia machista, trans etc. Todo ello empleado como careta para camuflar el Objetivo: atrapar el Poder, arrebatándoselo a burgueses, banqueros, financieros, inversores, plutócratas, inversores, directores ejecutivos …, a toda esa caterva de capitalistas. Es como en la antigua filosofía: la distinción entre apariencia (ideología) y realidad (poder económico), entre fenómeno y noúmeno, tan propio del viejo Kant.

Pero los paisanos se conocen bien hoy las artimañas de los fabricantes de ideologías/máscaras, ya se han empapado de marxismo, aunque no hayan leído El Capital. Ellos, los antiguos proletarios, también poseen su agenda oculta, su Plan, que consiste en Repartir. Las multinacionales, los banqueros, los grandes empresarios han amasado mucha tela, y ya es hora de repartirla. La justificación sería que la han apañado con el trabajo de los currantes, les han robado, les han birlado la plusvalía; y si algunos ni siquiera trabajan, y viven del paro, argüirán: ellos tienen mucho, y yo muy poco, así que aunque no tenga “derecho” quiero una porción del pastel, como sea; por tanto, ese ciudadano ansioso de distribución de la riqueza votará al partido que se la proporcione, como sea. Y le da igual cómo “envuelva” su programa político: protección de Gaia o derechos de los chuchos; le es igual el disfraz (ideología) usado, lo que importa es lograr los cuartos, de esos ricachones.

Pues sí, las líneas precedentes son muy maquiavélicas, muy de poli malo, muy pesimistas sobre la condición humana, lo cual no se aviene con mi temperamento: quizás las borre, ya veré.

¿Quién pierde en este análisis tan “siniestro”, porque destripa a la izquierda? Pues evidentemente Rousseau y su buen salvaje; y gana Hobbes, con sus hombres-lobo, licántropos previos a Hollywood; por cierto, ¿debería la Universal pagar derecho de autor a los herederos de aquél? La derrotada es, ¡una vez más!, la ilustración, que, pobrecita, no se lo merece, porque es la Madre de todo esto: esta sociedad occidental, democrática, tolerante, de Mercado, de Derechos, generadora de la Prosperidad. Somos injustos con Ella, que tanto nos ha dado; por tanto es adecuado citar una vez más a D. Guillermo: Más ponzoñosa que la mordedura de una serpiente es la ingratitud de los hijos.












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