PECKINPAH, CLÁSICO, DE CULTO
- gonzalojesuscasano
- 25 mar
- 3 Min. de lectura
PECKINPAH, CLÁSICO, DE CULTO
Suelo comentar el tremendo impacto visual (y emocional) que me causó Grupo Salvaje, que vi estando todavía en el colegio; en dos palabras, im-presionante. En aquél (lejano) entonces mi atención se centró en el montaje, seccionar/empalmar, cortar/unir los planos; claro, éstos eran sobre todo los de violencia, extrema, admitámoslo.Con el paso de los años mi foco apuntó asimismo a la espléndida, vibrante de hecho, ejecución (no letal) de los intérpretes. Éstos suelen presentarse en El Salvaje Sam más bien poco aseados, desgreñados, mal afeitados; así que puro realismo.
También es típico mencionar que Sam solía contar un grupo habitual de actores, que eran en muchos casos sus amiguetes, empezando por L.Q. Jones y Strother Martin, y luego Warren Oates, Coburn, Kristofferson, Borgnine … Un grupo de colegas, y posiblemente de machotes, en el sentido más políticamente incorrecto.
Por fin mis ojos se fijaron en lo más evidente ante ellos, esto es, la belleza de las imágenes en sí. Sí, Peckinpah poseía un agudo sentido pictórico, en la composición del encuadre, en la distribución de personajes (y objetos) en él. Sobre todo caí en la cuenta del buen uso de la profundidad de campo, donde encontramos a todos enfocados: planos generales y panorámicos que te dejan con la boca abierta y los ojos satisfechos por el disfrute. En fin, que nuestro director no sólo era el poeta de la violencia, sino que atesoraba un Ojo casi tan sobresaliente como el de Ridley.
Como ejemplo, de los primeros, pongo los planos generales del rancho atacado por
Sierra Charriba, al que seguirán muchos otros de igual calidad.
Estoy convencido de que muchos espectadores estimarán que el reclutamiento de los hombres de la expedición contra el apache renegado resulta algo premioso. La primera vez que la vi coincidí, pero no posteriormente.
Muy artísticas las tomas generales en el exterior de la prisión; pero califico con mejor nota aún las del interior. Ahí nuestro realizador reincide en el enfoque profundo, con gran eficacia, no sólo técnica, sino dramática. No, ahora no me parece premiosa, ni tediosa, esa larga parte de entrevistar & seleccionar a todos esos caracteres; desde luego muy pintorescos (seguimos con las artes visuales) todos. No pocos extravagantes sin duda, ¿cómo nuestro hombre mismo? No es infrecuente que vuelva a poner en mi tele sólo ese trozo del largometraje, para disfrutar con semejante caterva de tipos, ¡y de buenos profesionales!, bien dirigidos; a veces me pregunto ¿de dónde demonios los ha sacado Dundee, y Peckinpah?, ¿de un notorio antro portuario?
Esa supuesta lentitud en toda esa sección hoy en día no la considero tal en absoluto, sino recurso cinematográfico estricto. Tiempo para que los actores desarrollen su potencial, para que vayan construyendo sus personajes; Sam como gran director de interpretación, sí, como Wyler (con quien Heston trabajó muy provechosamente). En fin, que nuestro “carácter” sobresale en todos los factores decisivos del séptimo arte; bueno, en los largos planos secuencia con desplazamiento no, pero es que no todos los directores llegan a ese nivel de Sed de Mal, ¡je, je!
He de admitir las primeras ocasiones con Mayor Dundee, sí, me dejaron con la sensación de que era un producto truncado; en especial en los momentos en que el protagonista se pierde (en ambos sentidos) en el abigarrado México, durante su convalecencia (afiladas y certeras flechas de Sierra Charriba). Sí, pensé, aquí faltan pedazos. Hace sólo un par de años vi la edición restaurada, con minutos adicionales; no son muchos honestamente, pero ¡por todos los diablos! ahí hallé (hallamos) las piezas que faltaban. Ahora la película tiene continuidad, total y completa; hay fluidez, ¡que Sam terminó el rodaje vamos!
Ni que decir tiene que Grupo Salvaje es mi favorita, por muchos cuerpos. La Huida es descomunalmente entretenida. La Cruz de Hierro es pura guerra, con consideraciones filosóficas para rematar la faena. Junio Bonner es auténtico lirismo. Pero en estos momentos probablemente Mayor Dundee es la segunda. No la incluyo, ni a Grupo Salvaje, en la lista de mis favoritas del Oeste (Raíces Profundas, Solo ante el Peligro, Centauros del Desierto), porque son “otra cosa” a mi entender, otra especie animal (cinematográfica).
Supongo que David Weddle estaría de acuerdo conmigo; su libro por cierto, no es sólo sobre cine, sino también sobre psicología, y buena literatura; ésta en torno a un gran personaje.
Frecuentemente reflexiono sobre ese rasgo de “película de culto”, para críticos y cinéfilos exigentes. No pocas veces deduzco que para alcanzar ese status, se ha debido transitar antes por el de maldita (maldito), ¡hum!