PLANO SECUENCIA, FORMA Y FONDO
- gonzalojesuscasano
- 1 abr
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PLANO SECUENCIA, FORMA Y FONDO
En la sempiterna (no se va a acabar, y menos en estas líneas) discusión sobre Forma y Fondo en las Artes (Bellas, y difíciles de mirar), yo me declaro culpable de la primera, con todos los agravantes y sin posibilidad de indulto. Por otro lado, afirmando que no me hundo en la inconsistencia lógica, no me defino como maniqueo, esto es, no hago una demarcación absoluta entre ambos, un Muro de Berlín infranqueable; concretamente, la Forma adecuada contribuye al Fondo, lo consolida y realza, amplía y mejora la narración si ésta es el caso.
Voy a duplicar planteamientos que ya he redactado anteriormente, referido al séptimo de los artes, y que no son originales en absoluto; intento sencillamente un resumen, sobre una cuestión que ha generado muchos textos, y broncas.
Típicamente, mi argumento pro-Forma empieza por el dato de que Fondos/temas/motivos no hay muchísimos. Como lo tengo a tiro ¡disparo! … mi admirado (y por todos Vds.) C. Nolan está rodando una nueva versión de La Odisea. Pero ¿otra vez con lo mismo?, ¿no se ha contado en numerosas ocasiones, y además muy bien, por el Vate Ciego sin ir más lejos? ¿No debería Nolan “tocar” algo diferente? Bien, mi perspectiva (tesis) es que si la Forma con la que este realizador “recubre” el relato es creativa, éste último ¡no es lo mismo! Un inédito manejo de la gramática cinematográfica (no me agrada demasiado el término, pero es ilustrativo) transmutará La Odisea en Otra narración, disimilar a la del gran autor heleno; ni mejor, ni peor, Otra, personal. Sé que Vds. estarán de acuerdo. Ante todo y sobre todo no estoy pensando en efectos especiales, ¡qué Marvel!, de ningún modo, sino a lo que conforma el lenguaje del séptimo arte: largas tomas con movimiento de cámara (por mecanismos diversos), la complejidad del montaje (en paralelo, acelerado, con tempo & continuidad), proporción áurea/simetría en los encuadres, composición pictórica de objetos y personas en el plano, combinación de colores/claroscuro/Caravaggio, fotografía en general, colocación e inclinación de la cámara, enfoque profundo, interpretaciones (¡fundamental!) y ritmo en la edición de éstas etc. etc. Lo de siempre que remacho.
Todos estos factores formales aportan mucho a “lo relatado”, lo intensifican y conceden perfiles insospechados. Otra vez está a tiro: el libro decisivo de Truffaut sobre El Maestro, poniendo el foco en que éste “contaba” con las imágenes, sin necesidad de diálogos. Típico tópico ciertamente, pero no por ello menos cierto.
Sin embargo pretendo ir más lejos, en mi línea de estética del universo fílmico. Éste tiene como una de sus (o La) funciones producir Belleza, así, sin más, lo cual encaja como un guante con lo de kinema – imágenes en movimiento. Los guiones & diálogos, excelentes en muchas ocasiones son literatura; sí, salvan un producto fílmico, nos llevan a las salas, nos emocionan, pero básicamente son teatro filmado, literatura “registrada”. Lo admito, otra declaración manida, pero …
Mi visión (nunca mejor dicho) se sustenta con fuerza (no me arriesgo a decir “verifica”) en el gran caudal del Séptimo que es mudo y considerado Grande por todo hijo de vecino, y sí ¡es Cine!
Sin considerarlo un orate, vuelvo continuamente a D. Villenueve: el cine es un medio visual, con un uso expresivo de la música, donde los diálogos son secundarios.
Vuelvo a dispara sobre lo fácil. El plano secuencia, con desplazamiento de la cámara, de Sed de Mal es un recurso técnico que enriquece el modo de reseñar la historia; con el añadido de atesorar gran calidad estética …; lo he visto muchas veces, con verdadero deleite sensorial (aisthesis), y lo juzgo como puro arte (fílmico).
Las historias temáticas no son tantas, los modos de exponerlas incontables; sin olvidar que han de ser hermosos, si nos ubicamos en el Arte.