UN POCO SOBRE COMUNISMO
- gonzalojesuscasano
- 16 mar
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UN POCO SOBRE COMUNISMO
Estoy convencido de que somos muchos, profanos pero ciudadanos preocupados por el asunto, los que hallamos el punto flaco del comunismo en la teoría del valor-trabajo. Ésta mantiene que el valor de un bien está determinado por la cantidad de horas de trabajo manual que se ha invertido en su producción. Por mi parte me quedo con la idea de que el valor de una mercancía depende de la oferta y la demanda, de lo que una persona está dispuesta a pagar por ella, porque le gusta mucho o poco; en ello no interviene decisivamente cuánto tiempo se ha tardado en “hacerla”, mi ejemplo preferido de siempre es el precio de las angulas.
Recientemente me he encontrado un texto sobre marxismo del XXI donde el núcleo es ahora el trabajo mental, esto es, los obreros mentales son explotados por sus patronos; éstos les quitan el producto (en este caso saber, conocimiento) de sus horas de sudor, lo venden en el Mercado, y les ofrecen una mínima proporción del dinero obtenido, como salario. Por una parte sospecho que en muchas empresas contemporáneas, de alta tecnología típicamente (Silicon Valley), resultará complicado trazar una nítida (de pasta p.ej.) separación entre propietarios (explotadores) y jornaleros mentales.
Por otra esto del “laboro mental” me resulta poco acorde con la economía política de El Treviriano; incluso contradictorio: para aquél el trabajo proletarial es físico, manual, muscular, de sudor y dolor de las articulaciones. Además es en grandes factorías, con un fuerte componente repetitivo …, nada que ver con el desempeño p.ej. de los pitagorines en compañías de I+D+i.
Si el axioma fundacional del materialismo histórico se derrumba, ¡cae todo el sistema conceptual! Otro principio que ha sido destruido es el de que la motivación personal/familiar para la producción no es primordial, i.e. que los currelas se empeñan igual por el Estado que por sus retoños. Estimo que lo último es falso; es más, que ha sido falsado (Popper) por la caída de la URSS y su economía centralizada.
Considero que éste es la dificultad del comunismo, ni más ni menos, ni menos ni más, ni mucho ni poco, ni escaso ni excesivo, ni cobarde ni temerario (no hay mesotes aristotélica). La Historia no ha absuelto (Fidel) al marxismo, sino que lo ha re-fu-ta-do; esa teoría omnicomprensiva que poseía la pretensión de ser la Ciencia (absoluta, única, total), ha sido contradicha por las crónicas, los anales, los datos observacionales. El experimentum crucis la ha negado, finito, kaput, bye bye Fräulein, ¡se acabó!; esto en el caso que aceptemos el contexto de justificación en la ciencia empírica, la metodología de ésta.
Si no lo admitimos, entonces los comunistas continuarán con el “disco” de la apropiación de la plusvalía y la explotación de los trabajadores. Una vez más: en Carpetovetonia sólo un 10% se define como perteneciente a tal clase, y a la proletaria menos del 1%.
Ahí está el inconveniente contemporáneo del marxismo(-leninismo-maoísmo), no el belicismo, el salir de la OTAN, o la apuesta por los desfavorecidos etc. Fascismo: 1.945 ¡fuera!, comunismo: 1989 ¡fuera! (a pesar de China); sólo nos resta el capitalismo, que para los keynesianos viene, como una suculenta chuleta, con jugosos acompañantes (patatas, salsa, tomatitos, cebolla frita): derecho napoleónico, moral kantiana, ciencia físico-matemática, separación de poderes, democracia burguesa (¡sí!) representativa, elecciones generales libres, equidad (no hay animales más iguales que otros), libertad de prensa/asociación/expresión, McDonald’s, pantalones vaqueros, revistas del corazón, La Liga, culebrones, etecé, etecé, etecé. Eso es lo que hay que superar; el comunismo lo intento durante más de siete décadas y fracasó clamorosamente. Y desde luego tampoco apuesto por la 4ª Teoría de Dugin como alternativa. ¡Aupa la Ilustración!