VOLUNTAD GENERAL, DE LA MAYORÍA … ¿SIN VOLUNTAD?
- gonzalojesuscasano
- 5 abr
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Actualizado: hace 11 horas
VOLUNTAD GENERAL, DE LA MAYORÍA … ¿SIN VOLUNTAD?
Diálogo Galileogaditano. Jornada I
Escena: Astillero de Cádiz; personajes, Sagredi, periodista independiente; Salviato, autor; Simplicios, miembro de un partido marxista.
-Simplicios: Buona mattina!
-Sagredi: Come stai!
-Salviato: Tutto bene!
-Simplicios: ¿Qué hora fausta nos reúne en tan bello día?, o lo que es equivalente, ¿sobre qué asunto vamos a coloquiar en esta Jornada, tan luminosa por el astro rey, y por los que me acompañan?
-Sagredi: Gracias por esas elogiosas palabras, mio caro collega. Pues bien, el asunto de nuestra conversación oggi stesso es la Voluntad.
-Simplicios: ¿De sus motivaciones?, ¿de quién la tiene y no la tiene?
-Salviato: No, caro amico, no van por ahí los tiros, no en torno a la voluntad individual.
-Simplicios: Pero, ¡si sólo los individuos tienen voluntad! ¿No me irás a decir que nos vamos a ocupar de la voluntad de chuchos, micifuces y porcinos? Esto implicaría llevar muy lejos la psicología, i.e. la psique.
-Salviato: ¡Pierde cuidado, collega! Nuestra preocupación pondrá el foco en la voluntad del grupo.
-Simplicios: ¡Voto a bríos!, ¡ahora me entero de que los colectivos tienen voluntad! Siempre di por descontado que ésta es posesión personal. A menos, chiaramente, que nos refiramos a la suma total de las voluntades individuales.
-Salviato: ¡Ahí le duele Simplicios!, ¡ahí le duele!
-Simplicios: Mamma mia!, ¡deseo fervientemente que no se trate de una úlcera!
-Sagredi: Scherzo! (emoticono de risa aquí). Me apuesto todo mi capital …
-Simplicios: Exiguo sin duda, debido a los espasmos de la Bolsa y los aranceles …
-Sagredi: Corramos una tupida arpillera sobre la loca macroeconomía que engloba todo el globo … Reitero mi apuesta, y coloco todas mis fichas en nuestro buen ginebrino y la Alianza Social.
-Salviato: Ganas, caro amico, y pierde la banca.
-Simplicios: Ya veo, ya veo, ¡percátome al fin! La questione girará en torno al Buen Salvaje de Rousseau, y al Hombre-Lobo (no el de la Universal) de Hobbes. Polémica de enorme actualidad sin duda.
-Salviato: Corretto. Y no es úlcera desde luego, pero “le duele” en lo que respecta a la suma de las voluntades individuales, que no equivale a la Voluntad General, según Jean-Jacques.
-Simplicios: ¡Extravíome!, ¡hállome sin brújula en terreno que estimaba bien explorado! La adición de todas las voluntades de los ciudadanos, ¿no debería equivaler a la General, según una elemental ecuación matemática?
-Sagredi: ¡Ah, ah, ah!, para el carro caro amico. Esa suma es la voluntad de la Mayoría, no la General.
-Simplicios: ¡Pero vamos a ver (y oír)! Si nos movemos en el ámbito de la democracia representativa (la Popular es otra especie, mejor, óptima), la mayoría decide, ¡y punto pelota!
-Salviato: ¡Not quite, not quite!
-Simplicios: Amico, ¡te suplico por los más Sagrado, y por todos los santos que en el cielo hay ...!
-Sagredi: Amico, no hay Cielo ni santos: eres comunista.
-Simplicios: Ya me entendéis amici, me he dejado llevar por el lenguaje tradicional. ¡Al lío!, te pido encarecidamente, docto contertulio, que no recurras (como medio de transmisión de mensajes) a esa jerigonza ánglica, perfectamente bárbara.
-Salviato: I am sorry, my dear friend. De todos los modos (habidos y por existir), he de ejercitar apología sobre el idioma de D. Guillermo, vate del Avon y …
-Sagredi: ¡Foco, por favor signori! Ubiquémoslo en nuestra tertulia.
-Salviato: ¡Giusto!, ¡y necesario! La voluntad de la mayoría recoge las preferencias, intereses personales, estrictamente particulares de los paisanos. Por consiguiente conlleva un innegable elemento de egoísmo, de pequeñez de miras; ello no congenia con la Voluntad General, la de los (ya) ciudadanos. Esta última es la expresión perfecta de éstos, que como seres racionales & morales aspiran a lo mejor para la sociedad, al Bien Común; ello está por encima y más allá de las apetencias, caprichos, conveniencias espurias de todo quisqui.
-Sagredi: Te sigo, porque la temática me es bastante familiar. La Voluntad General es un producto de la Sociedad, que se refleja perfectamente en ella, que transciende las pasiones personales y tiene como meta el Bien General, de todos y cada uno, como parte del todo social.
-Salviato: Esatto! Perfectamente explicado.
-Simplicios: Pues a mí, colleghi, todo esto me parece un puro constructo mental, un ens fictionis. Los convecinos sólo actúan guiados por provecho personal, y lo del Bien común les suena a música celestial, o pitagórica; o en todo caso a ideología-falsa conciencia marxista, de cuando los políticos lanzan sus soflamas, para demostrar que son guay en la retórica. Cada tío busca lo que más le conviene, ¡punto y fin de la discusión!
-Sagredi: Pues yo tengo intención de seguir discutiendo …
-Salviato: Ídem aquí.
-Simplicios: Mamma mia! Pero por el amor de Dios …
-Sagredi: por el amor de Marx …
-Simpliciosm (amoscado, hace oídos sordos y solipédicos a la ironía de su contertulio): ¿Queréis explicarme que clase de concepto, de ente, es la Voluntad General, que se ubica por encima de las personas concretas?
-Sagredi: El Todo es mayor que las partes …
-Simplicios: Eso es para los holistas, pero el materialismo histórico ha demostrado que es pura metafísica.
-Sagredi: Y si así lo determina el marxismo …
-Simplicio: Es lo correcto, puesto que la teoría de El Treviriano es la auténtica y única ciencia, el saber absoluto …
-Salviato: Es la Verdad.
-Simplicios: Corretto.
-Salvitato: Establecido este punto (las facciones de su rostro adquieren una posición/expresión que cualquier pintor, novelista o cineasta, describirían como manifestación inequívoca de ironía), retomo y recojo. La Voluntad General es la manifestación (no epifenómeno) impecable de la Comunidad, donde ésta sublima sus mezquinos egoísmos individuales.
-Sagredi: Sólo así se funda una auténtica Sociedad, desprovista de “pequeñeces”.
-Salviato: Así es. Como resultado de ello, ese Pacto entre un grupo de seres humanos los transmuta en ciudadanos, en un Ente Colectivo, que aspira al Bien, del Todo, no de cada convecino.
-Simplicios: La pregunta del millón, y yo no apuesto porque sé ganaría y rompería la banca, ¿cuál es ese Bien Común?, ¿quién lo estipula? ¿El Legislador, el Todopoderoso?
-Salviato: el Bien Universal tiene una simple (ockhamiana) descripción: para tu conducta sigue una máxima que desees se convierta en Ley Universal. Lo que es bueno para mí, debe ser bueno para ti; si no quiero que me roben, la Ley prohíbe el hurto; si quiero que cumplan lo que me han prometido, yo también lo cumpliré; no mentiré si no quiero que así lo hagan con (contra) mí, etecé, etecé … Es claro como el agua de manantial de altas cumbres sin polución.
-Simplicios: ¡Lo sabía, lo sabía!, siempre a vueltas con el Hombre de La Montaña del Rey.
-Salviato: No lo niego; yo no contengo multitudes, porque respeto el principio de no-contradicción.
-Simplicios: Pero el que Kant lo diga implica que sea Verdad.
-Sagredi: Lo mismo vale para los enunciados de Marx.
-Salviato: El tema no es que lo asevere el Regiomontano (prusiano), o el Barbudo de Tréveris; ahí no está el meollo, sino en la consistencia interna de la máxima: deseas que sea Ley para todos, lo cual la caracteriza como universal.
-Simplicios: ¡Hum! Continúa siendo el dictum de un alguien.
-Salviato: Me voy a remitir a una “historia” muy citada, que oí por primera vez en mis tiempos universitarios …
-Sagredi: Hace mucho mucho tiempo …
-Salviato: En una galaxia muy lejana … Un tipo perfectamente sano entra sano entra de visita en un hospital …
-Sagredi: La conozco.
-Simplicios: Yo también.
-Salviato: En esa circunstancia un par de personajes empiezan a razonar/maquinar en esta línea: si liquidamos al tipo, podemos trasplantar su hígado a éste, su bazo a ése, su riñón izquierdo a aquél, su riñón derecho al de allá, su corazón al de acullá, su retina al de allende …
-Simplicios: Por favor, no sigas que esto se asemeja a un largometraje gore, de lo que tanto deleitan a lo jovencetes.
-Salviato: los que así maquinan cuentan con sólidas razones, las de utilitarismo moral: por una vida vamos a salvar un número bastante mayor. Las matemáticas (utilitarias) deducen que hay que usar el cuerpo de la persona sana.
-Sagredi: Pero obviamente no se puede actuar así.
-Simplicios: ¡Hombre, sí se “puede”!
-Sagredi: ¡Pero no se debe!
-Salviato: Obra de tal manera que tomes la persona humana siempre como fin, y nunca sólo como medio.
-Simplicios: ¡Siempre el imperativo categórico!
-Sagredi: Que atesora una total coherencia interna, lógica y ética, lo admito.
-Salviato: Ergo, la Voluntad General debe orientarse por la brújula de la moral formal, autónoma. Con ella transcendemos los grupos de interés, las inclinaciones particulares, y llegamos al Bien General. Ésta es la guía para navegar por la muerte de Montesquieu, las pretensiones autoritarias, los aspirantes a dictador en nombre de la voluntad (de la mayoría) del Pueblo al que (presuntamente) representan etecé, etecé, etecé.
-Sagredi: Pero frente a la Razón (universal) siempre se alza, retadora la pasión (individual).
-Salvitato: ¡Tiran más dos tetas que cien carretas!, que si el culo de Pepita, que si las tetas de Manolita, que si debo conservar mi empleo, que si tengo la obligación de dar de comer de comer a mis vástagos, que preciso llegar a fin de mes, que no me da para pagar las letras, que si la abuela fuma y el canario no pone, que si el precio de las angulas (que refutan la teoría del trabajo-valor de Marx), que si la variación en el precio de los tomates (refutador asimismo del materialismo dialéctico … Que si las múltiples debilidades de la carne, y multiformes aciagos avatares, del que podríamos sencillamente con un estilete …
-Simplicios: Sí, lo último nos lo has contado en innúmeras ocasiones.
-Sagredi: Certo. Son las cuitas de ese joven danés, de Dinamarca, que sobrelleve un Edipo de armas tomar.
-Salviato: Pero por encima de las pulsiones individuales se halla la Ley Moral.
-Sagredi: Más que por encima, en el interior del Hombre.
-Salviato: Buen apunte/corrección, compadre. Porque dentro de esa telaraña de apetencias (más allá de la tortilla de patatas) e instintos la Ley (ética) nos determina cuál es el Deber (das Sollen) …
-Simplicios: ¡Por Dios santo …!
-Sagredi: ¡Por Lenin laico!
-Simplicios (adopta la imperturbabilidad de un estricto estoico, adoptando su comportamiento con fidelidad a la Ley del kosmos): ¡Te suplico por lo más sagrado …!, ¡secular …, que no recurras en estos instantes a vocablos del Deutsch, otra lengua bárbara!
-Salviato: Tomo nota, estimado contertulio. Pues sí, todo quisqui Sabe lo tiene que hacer, está inscrito a fuego de ADN en su mente de Homo Sapiens, desde el nacimiento a la tumba (no en el sentido de Milton Friedman), por siempre y para siempre. Ésta es la raíz última de la Voluntad General, de la sociedad.
-Simplicios: ¿Cómo es ello?
-Salviato: Muy sencillo. Cuando la persona humana se une en Contrato con otras de su mismo género (sólo hay uno aquí, Sapiens, que es la especia en realidad), y da Su Palabra de respetar las normas de ese convenio …, entonces tiene el Deber (das Sollen) de hacerlo. Porque ha empeñado su honor en una promesa, inmarcesible y no-irrelefante: actuar de manera que sea fiel al bien Común. Y los apetitos (y las carretas) ¨tiran”, la Razón (universal, ilustrada) también lo hace, no con menos fuerza.
-Sagredi: Pasión vs. Razón, sempiternamente en lucha, en la disonancia hecha carne.
-Salviato: Pero, pero, pero, al abandonar la situación original (John Rawls) y aceptar entrar en un Convenio (nomos) social para abandonar tan mísera (y peligrosa) posición natural (physis), al “fundar” la cultura, has Prometido someterte a las Leyes de la colectividad; Leyes que tú mismo has redactado. Si no lo hace no eres un bípedo implume, sino un perro (pido amables disculpas a los animalistas); un Hombre vale tanto como su palabra. Es por ello que Los Magníficos (los Siete, incluyendo a Brad Dexter) cumplen hasta la muerte el Contrato que han firmado (con su palabra de honor) con los habitantes de la asolada población mexicana; y Los Siete Samuráis (bushido) lo mismo. “Sólo quiero entrar en mi casa justificado”.
-Simplicios: Ardua tarea ésta del Deber.
-Salviato: Nadie está inacabado. Todo hombre es un ente completo en sí mismo, dotado de innegable racionalidad, con total sentido moral y plena facultad para decidir. Por consiguiente, si en algún momento de tu existencia sientes la mordedura del remordimiento a causa de alguna mala acción, no clames al cielo, no interpeles a los cuatro vientos, no demandes al sino, no preguntes al mundo cuál es el responsable. Si la educación impartida desde la cuna (tradicional, burguesa, estalinista, maoísta o heteropatriarcal) que resulta imborrable, o la herencia de tus genes (egoístas) que es tan tuya como tu propio cuerpo. ¡Es vana tu interrogación, Cohelet! Las altas espadañas de las perennes iglesias no te responderán con el tañido de sus broncíneas campanas, porque el responsable ¡eres tú!
JORNADA II
-Simplicios: Ciao!
-Sagredi: Siete i benvenuti!
-Salviato: Bentornati!
-Simplicios: Cari colleghi, en esta ocasión quiero ser yo el que abra fuego …
-Sagredi: Suspiro que no para una nueva Revolución de Octubre.
-Simplicios: No, ¡de momento!, pero todo se andará, y nuevas transmutaciones planetarias se alzarán para liquidar el sistema burgués. Pero en estos momentos mi foco ilumina cierto rasgo de éste, al que le dimos unas cuantas vueltas de tiovivo intelectual en la Jornada previa. Ni que decir tiene que se trata de la Voluntad General.
-Sagredi. ¿Qué hay con ella caro amico?
-Simplicios: Pues que reitero que ello me resulta una estricta abstracción, en el más metafísico de los sentidos. La fabricación, estrictamente mental y sin apoyatura observacional, de un concepto que carece de reglas de correspondencia con lo empírico. Un parto del magín de los filósofos, en esta ocasión de la política, para defender alguna de sus abstrusas conjeturas, y que representa ¡nada!
-Sagredi: ¡Feroce comentario!
--Salviato: Pero al mismo tiempo afilado, capaz de romper la coraza del Razonamiento. “Voluntad General” tiene las trazas, no lo refuto, de un ens fictionis, un constructo ideal dentro de una visión ideal de la convivencia humana.
-Sagredi: Amico, ¡lanzas piedras a tu propio tejado sociopolíticofilosófico.
-Salviato: Lo hago porque estoy convencido de que las tejas son sólidas, y no se romperán. Permitidme un paralelismo, ilustrativo espero; ha sido nuestro querido amigo El Pisano quien me lo provee. En su “rompedora” (respecto al aristotelismo) hipótesis (ya casi corroborada) sore el movimiento, ha aseverado que éste tiene tendencia natural a continuar, y no a detenerse.
-Sagredi: Certo!, es una teoría, y paralelismo con ella, que nos es muy familiar, y que complace utilizar.
-Salviato: Eccelente! Has predicho mi línea de razonamiento. Si echamos a rodar una pelota, observamos que al cabo de no mucho rato se para; ¿inclinación natural? Pues no, replica nuestro docto amigo. La bola se detiene debido a la fricción con el suelo, y con el con el aire; si no hubiera tal, el desplazamiento continuaría “ad infinitum”. Éste es un estado, como el reposo, y tiende igualmente a conservarse.
-Sagredi: Lo que sucede que la resistencia al movimiento está por todas `partes, en un mundo lleno de materia, y por consiguiente se acaba. En una situación ideal, sin fricción, segiuiría, y seguiría, y seguiría …
-Simplicios: Pero ello sólo sería posible en un cosmos donde no existiera el rozamiento, esto es, sin objetos materiales, excepto la pelota. Así que nos encontramos en un universo absolutamente ideal.
-Salviato: Giusto! Pero el recurso a ese Gedankenexperiment …
-Simplicios: Bitte, Herr Salviato!, no utilices la lengua Deutsch.
-Salviato: Excusi! Pero ambos los dos me habéis captado; la situación ideal de no-fricción nos explica la ley de la inercia, la primera de D. Isaac, y posiblemente de la ciencia experimental moderna. Aportación que debemos agradecer a nuestro estimado colega.
-Sagredi: Bueno, quizás más bien a Descartes, por el asunto de la inercia circular.
-Simplicios: Atinada apostilla científica, e histórica.
-Salviato: De acuerdo, de acuerdo. Pero habéis asimilado el sendero argumentativo. La situación original de John Rawls, el estado de naturaleza de El Ginebrino, la lucha de todos contra todos de Hobbes, también constructos mentales, no hechos empíricos. Sin embargo nos ayudan a entender en qué consiste la Sociedad. De la misma veta brota la Voluntad General.
-Simplicios: Compruebo alegre que aceptas mis objeciones.
-Salviato: ¡Sin duda! Pero vosotros lo hacéis con mi explicación, y la de Galileo. La Voluntad General es el resultado (no suma) de ese Convenio Social primigenio, ideal y ahistórico, tanto como la Condición Primigenia. Pero nos da Razón de la esencia de una colectividad, y Ley, justa; se dejan a un lado las pasiones (por los muslos de Maruja) y los anhelos egoístas (no devolver a Manolo la pasta que me prestó) y se tiene como blanco únicamente el Bien General. Con ello todos ganamos en el fondo, porque la satisfacción inmediata de nuestras apetencias individuales, y egoístas, sólo proporciona placer inmediato y pasajero; más tarde, ¡bronca! Si no nos atenemos a la Voluntad Universal/Social, recaeremos en el Estado Primigenio, lupino, en el caos.
-Simplicos: ¿Estás asegurando que un poco de contención, de mesura en nuestras inclinaciones instintivas y todo quisqui saldrá favorecido?
-Salviato: Esatto!
-Simnplicios: Lo admito, ¡tiene sentido!
-Sagredi: ¡Tiene Razón!
-Simplicios: A pesar de todo tal noción me resulta asimilable a una Idea-Forma de Platón, de Otro Mundo, el inteligible, ¡que no existe!
-Salviato: Pero en ocasiones sirve de herramienta mental para explicar el nuestro, el sensible. En teoría económica se utiliza la “competencia perfecta”, panorama en el cual absolutamente todas las empresas tienen el mismo tamaño y peso financiero, elaboran productos similares, y poseen la misma cuota de mercado. En estas circunstancias, ninguna compañía ejerce más presión para alterar los precios: no es capaz de engendrar un monopolio.
-Sagredi: Tesitura rara vez “real”, porque hay firmas de gran envergadura, depredadores ápice (como las orcas) que se zampan a las pequeñas. La Lucha por la existencia no en la Naturaleza, sino en el Mercado.
-Salviato: Pero la idea de competencia perfecta nos clarifica cómo opera la economía real, de la misma manera que la ley de la inercia lo hace con la cinemática.
-Simplicios: Razonamiento & paralelismos a los que sueles recurrir, como nuestro cinemático compañero, y que contienen poder explicativo.
-Sagredi: ¡Hum!
-Simplicios: ¿Qué quiere decir “hum”?
-Sagredi: Pues como dijo Bogart, significa “hum”. Sí, notable poder aclaratorio. Pero la voluntad general alberga demasiados presupuestos: los convecinos son perfectamente racionales al decidir entrar en una alianza social; absolutamente honestos para cumplir lo prometido en ésta; completamente capaces de controlar sus apetitos; totalmente fieles al proyecto de convivencia; enteramente lúcidos para elegir las opciones de futuro …
-Simplicios: Caro camarada …
-Sagredi: Caro collega …
-Simplicios: Olisqueo en estos últimos enunciados profundos recelos sobre las facultades intelectuales y éticas de El Pueblo, que unido jamás será vencido. Más aún, compadre, barrunto que tú estás imaginando más bien a la plebe, la masa, la chusma, el populacho, la morralla, la canaille …
-Sagredi: Aligera, socio, ¡que se nos echará encima la hora de comer las doce uvas!
-Simplicios: ¡Estamos en abril!
-Sagredi: ¡Precisamente!, ¡y no en enero!, y el diccionario de sinónimos es gigantesco!
-Simplicios: ¡Al lío! Detecto en ti, con mi radar marxista, aprensión respecto a la inteligencia y decencia de los coterráneos, ambas imprescindibles para que se genere la voluntad común.
-Salviato: Por otro lado Zinoviev afirmó que si fuera necesario habría que eliminar a diez millones de tus rusos, para salvar a los otros noventa; éstos sí serían El Pueblo, deduzco.
-Simplicios: Recios días, ásperas semanas, arduos meses, duros años, crudos lustros, penosos decenios …
-Sagredi: ¡Que no llegamos a las doce campanadas!
-Simplicos: ¡A la palestra! Esos diez millones de rusos no era El Pueblo, sino pertenecientes a la clase burguesa, individuos alienados por el sistema capitalista, drogados por la religión ortodoxa. En suma era preciso educarles en la Verdad del comunismo, para que se liberaran de sus cadenas, muchas de ellas ideológicas.
-Sagredi: Y si ellos no se manumitían a sí mismos, el Estado bolchevique se “libraría” de ellos.
-Simplicios: ¡Cruda centuria! El asunto es que una vez educados, y extirpadas las ideologías/falsa conciencia, los paisanos devienen El Pueblo, que es decididamente espabilado e íntegro.
-Sagredi: ¡Y limpio como los chorros del oro!
-Salviato: Con la túnica del sofista …, en ocasiones (no escasas) me asalta la incógnita de si Todo (sociopolítico, no física/cosmología) no será cuestión de decencia, y no de inteligencia. ¡Aparta de mí este cáliz!
-Sagredi: ¡Aléjalo de mí asimismo!
-Simplicios: ¡Retíralo de mí también!
-Salviato: ¡Ay, ay, de mis entretelas! Me retorna al coco otra vez aquello de Pierre Vilar: muchos intelectuales progres, aunque lo intentaran disimular concienzudamente, opinaban en el 36 que los republicanos de izquierdas eran chusma, bandidos y asesinos. ¡Uf!
-Sagredi: ¡Vade retro!
-Simplicios: ¡Y que vadee muy alejado, je, je!, o más bien ¡ay, ay!
-Sagredi: En tan no-leibniziana situación (nada primigenia/original) nos restaría (emoticono de pesadumbre) asegurar que lo de un gobierno del Pueblo, para el Pueblo, por el Pueblo, es un cuento chino.
-Salviato: Indudablemente lo será si se impone la Pax Sinica, destronando a la Americana, e impidiendo la Russica.
JORNADA III
-Salviato: Ciao!
-Simplicios: Come va?
-Sagredi: Benissimo.
-Simplicios: Quisiera recomenzar nuestro sustancioso intercambio de ieri con ese aserto de Pierre Vilar sobre “chusma, bandidos y asesinos”. Si Pierre Vilar es fiel cronista de tal juicio por parte de intelectuales progresistas del 36, ¿en qué consideración tendrían a Franco y sus nacionales?
-Sagredi: Se da por descontado lo que nos indicas, apreciado contertulio.
-Salviato: Franquito no era como su homónimo de Asís a todas luces; más bien era a todas sombras.
-Sagredi: ¿Por qué “Franquito”?
-Salviato: Por la elemental razón de que no era “Francote”: no era grandote, y sobre todo no era muy claro, transparente, i.e. no se sabía si bajaba o subía por la escalera, como buen gallegazo.
-Simplicios: Permíteme que te enmiende la plana, caro amico. El Caudillo fue un tipo muy claro, a través de sus Hechos: decenas de miles de asesinados/fusilados, probablemente cientos de miles. Todo ello significa ser muy “abierto”, en tus ideas e intenciones a través de tus actos. En realidad fechorías, porque El Caudillo es paradigma de facha, modelo de dictador, ejemplar de autócrata, prototipo de tirano, arquetipo de absolutista, molde de déspota …
-Sagredi: Y dijo el toro al morir: ¡qué penas dejar este mundo sin probar las pipas Facundo!
-Simplicios (no sale vocablo de su boca, pero las facciones de su rostro muestran lo que aquí indicamos): ?
-Sagredi: Que abreviemos, porque con tanta sinonimia llegaremos al cambio de año.
-Simplicios: Capisco! Prosigamos con nuestro leit motiv …, ¡con la temática!, porque esta expresión es Deutsch, lengua bárbara.
-Salviato: Afortunada intervención ésta, collega, porque para reiniciar deseo referirme a Deutschland, über alles. Concretamente a la infausta figura de Herr Adolf, y su funesta actividad política.
-Sagredi: Apostaría, aunque no en Atlantic City, a que adivino de qué planteamiento vas a disertar.
-Simplicios: Ídem, aunque tampoco compro fichas en Las Vegas.
-Salviato: Giusto! En el Reich III de se promulgaron las leyes raciales, en las cuales se desposeía de derechos a los judíos, i.e. una norma que viola la igualdad de los seres humanos. La “justificación” es a todas luces (y sombras) que los hebreos no son tales, al menos en toda la extensión del término. Tales leyes, rotundamente opuestas a la equidad (según Las Luces), fueron aprobadas implícitamente (o incluso abiertamente) por la mayoría del Volk. Esto es, representaban la Voluntad de la Mayoría, con lo cual eran incuestionables, si seguimos lo patrones de los Estados democráticos.
-Sagredi: ¡Sabía qué ibas a caminar por ese sendero!
-Simplicios: Que nos conducirá al despeñadero, al caos social, a la ruptura de la convivencia, al cataclismo político, al abismo económico …
-Sagredi: Per favore, Facundo!
-Simplicios (su cara adquiere una nítida expresión, que indicamos aquí): [emoticono de resignación].
-Sagredi: Certo! Si la exclusión de los mosaicos de la ciudadanía germana fue aprobada `por una clara mayoría de los ciudadanos del Reich, y fue registrada como Ley, ¡pues tal es! El Pueblo ha sido lo ha querido, por Voluntad de la Mayoría, ¡es justo!
-Salviato: Es legal, pero ¿justo? Sin duda entramos de lleno en el (espléndido) argumento de Vencedores y Vencidos, de Kramer y Tracy.
-Simplicios: Nos dirigimos a toda mecha al precipicio, jurídico e ideológico, y para prevenir que nos precipitemos en él (= el precipicio), os ofrezco la solución al dilema. Los ciudadanos que aprobaron tales leyes no-ecuánimes, no-humanas, no constituían el Pueblo, sino la Masa: de individuos con el seso sorbido y lavado, idiotizados por una ideología/falsa conciencia de Herr Adolf y su pandilla de sinvergüenzas. Debido a ello las leyes que aprobaban no significaban la Razón, sino la estupidez, ¡de los estúpidos! Lo manifiesta muy bien el doctor Stockmann: una aglomeración con forma humana no es el Pueblo; ¡esto hay que mercerecerlo!
-Sagredi: Questo è meraviglioso! Y dime mi apreciado compañero de coloquio, ¿cómo ponemos el cascabel al gato (no es El Gato)?
-Simplicios: Muy sencillo, infatti ya lo he explicado. Hay que someter a ese Masa (Deutsch, o de la etnia que sea) a una limpieza a fondo de cerebro, con un abrasivo detergente marxista. El objetivo es que, por medio de la Educación, ese populacho alienado por el pensamiento reaccionario (fascista y no liberal-ilustrado en el caso de los seguidores de Hitler), se limpie de tal costra ideológica, y reconozca la Verdad científica. Una vez pasado por el ese proceso de Ejercicio Espiritual …
-Sagredi: Más bien de estadía en el Gulag: no mezclemos churras con merinas, ni a Loyola con Stalin, per favore.
-Simplicios (no contesta a ello, ¡aunque sabe!): Tras esa transmutación, ¡lejos de la Metamorfosis kafkiana!, ¡voilá! Encontramos al Pueblo, cuya voluntad mayoritaria es justa, ecuánime, correcta, preclara …
-Sagredi: Prego, Facundo!
-Simplicios (quien da la callada por respuesta): Es tan sencillo como educar adecuadamente a los ciudadanos, para que merezcan el apelativo de Pueblo, al reconocer que la Respuesta se encuentra en adoptar el materialismo histórico.
-Salviato: Sin duda lo que has expuesto es una vía de solución, o de escape. Pero como Ilustrado desearía mantener en esta cosmovisión. Los Padres Fundadores …
-Simplicios: Mamma mia! Los de ese Estado arquetipo de Capitalismo, estandarte del neocolonialismo, y explotador de todos los demás, incluyendo a sus propios habitantes, ¡brrr!
-Salviato (imperturbable como estoico): Como iba diciendo (Fray Luis de León), los padres de Yanquilandia ya nos previnieron sobre ese hecho más probable: la tiranía de la mayoría sobre la minoría. Precisamente por ello establecieron los colegios electorales.
-Simplicios: Acto que muestra palpablemente que no confiaban en la morralla.
-Salviato: Más bien que el Pueblo pueda ser engañado.
-Simplicios: por la ideología-mentira burguesa, y los opiáceos religiosos.
-Salviato: Como Spencer Tracy afirmo que las leyes positivas de una nación, aunque votadas por una notable mayoría, puede ser injustas.
-Sagredi: La medida de la equidad es la decisión de los ciudadanos, la suma de los votos.
-Salviato: La medida de la equidad es ¡la equidad!
-Simplicios: Mio Dio! Hete aquí la Equidad como una Idea platónica, ubicada en el mundo inteligible, el de las Formas.
-Salviato: No, no, no. Mi tesis es más sencilla. La suma de las voluntades de los individuos, por diversas causas, puede estar equivocada; el que los nazis fueran mayoría en la Alemania de los 30 no implica necesariamente que tuvieran. Y lo mismo se aplica a períodos históricos más pretéritos, en los que se justificaba la esclavitud, la subordinación, la persecución a los herejes etc. Cuestión y condena posterior bien conocidas.
-Sagredi: Muy frecuente, por motivos bien interesados, que se asevere que todo tiempo (sistema económico-político) fue peor. Sin duda nuestra sociedad, con economía de mercado y la democracia representativa, pretende a todas luces (y sin sombras) ser mejor que lo Anterior, que todo lo pasado.
-Salviato: Certo. Pues bien, si el Pueblo (no digo chusma), puede equivocarse (o ser engañado), tanto en lo político como en lo físico; si lo que escoge la mayoría no es palabra de Dios, en tal caso debemos contar, necesariamente con una Instancia superior para determinar. En el caso de la ciencia experimental moderna ello es el dictamen de la naturaleza, el registro de datos observacionales.
-Sagredi: Y en el caso de la política apuesto a que se trata de la moral formal autónoma.
-Simplicios: Pero ello es ética no política.
-Salviato: Esatto, lo es. El tema es que la determinación de lo que es Bien moral, no puede consistir en lo que prefiere la mayor parte de los tíos (y tías) en un momento y circunstancia histórica concreta. Ésta puede tergiversar muchísimo su buen juicio.
-Simplicios: Sono d’accordo assolutamente! En especial si el Pueblo está adormecido por el opio religioso, o la propaganda liberal burguesa o fascista.
-Sagredi: ¿Me estáis asustando? Porque si no decide el conjunto de los convecinos, ¿quién lo hace?, ¿el profeta?, ¿el iluminado?, ¿el carismático?, ¿el más rico?, ¿quien más mercenarios cuenta en su haber? ¡Achtung!
-Salviato: Buen planteamiento, cuestionamiento, ilustrado compañero. Quien decide es la Razón.
-Sagredi: Que evidentemente es en este caso el imperativo categórico.
-Salviato: Guisto. Por la coherencia interna de tal norma, buena para todos, buena para la sociedad de todos.
-Simplicios: Aludes a su consistencia como si de un principio de lógica formal se tratase.
-Salviato: En cierto modo así es. Si lo analizamos es la máxima adecuada, la única realmente, para desarrollar la vida en comunidad.
-Simplicios: Que no es muy diferente del precepto: ama a tu prójimo como a ti mismo.
-Salviato: Sono d’accordo.
-Sagredi: Curioso.
-Salviato: En esta tesitura ya sabéis que me apoyo, como hombre con muletas cognoscitivas, en John Rawls. En la situación originaria, el estado de (triste y peligrosa) Naturaleza, suponemos el velo de la ignorancia …
-Sagredi: ¡Que es mucha hipótesis de partida!
-Salviato: Concedido. Pero recordemos a nuestro querido cinemático: un universo (irreal) donde no hay fricción … inercia. ¡Gran poder explicativo!
-Sagredi: Adesso soy yo quien concede.
-Salviato: Grazie. Así pues en esa circunstancia protosocial (ahistórica sin duda), al no conocer los individuos sus propias facultades (ingenioso, chistoso, laborioso, inteligente, ligón, vaguete, gran orador etc.) lo razonable es escoger un marco social en el que no haya exceso. Esto significa que el más rico o poderoso, no lo sea inmensamente, hasta el extremo de anular a sus prójimos …
-Sagredi: Ello sería equivalente al monopolio y la ruptura de la competencia perfecta en economía.
-Salviato: Bien apuntado, erudito colega. Por las mismas, se optaría por un sistema de convivencia en el que el menos favorecido dinerariamente no lo fuera hasta la indigencia total.
-Simplicios: Rawls es muy razonable en su “explicación” del origen (hipotético) de la comunidad humana.
-Salviato: Buen tiro, compadre. La clave es la racionalidad, al darnos una organización protosocial, en esa condición primigenia. Y creo que estaréis de acuerdo conmigo, miei cari amici (y si no lo fuerais también), que la máxima moral kantiana es la más conveniente, adecuada, Razonable.
-Sagredi: Aseveras que es la que mejor encaja con esa primera sociedad humana, surgida del estado de naturaleza.
-Salviato: Corretto!
-Sagredi: Sí, puedo ver la línea argumentativa, y estar de acuerdo con ella.
-Simplicios: Ídem de lienzo, pintura y cuadro.
JORNADA IV
-Salviato: Buongiorno!
-Simplicios: Come estai?
-Sagredi: Ottimo.
-Salviato: Tírame pan y llámame perro …
-Simplicos: Santo Dio! Pues sí que principiamos fuerte la Giornata, docto contertulio, con una afrenta contra Il Popopolo por todos los indicios.
-Salviato: Acusación sí, pero no de mi lado sino del de muchos Pesimistas y hobbesianos. Son ellos los que consideran que el común de los mortales tiene como motivación fundamental no el corazón o la cabeza, sino el estómago.
-Sagredi: Y/o posiblemente las partes ubicadas por debajo, llamadas pudendas.
-Salviato: Por ahí van los disparos, de artillería muy pesada sin duda, destinada a mancillar la imagen de los ciudadanos corrientes.
-Simplicios: Los cuales perderían tal calificativo si, suficientemente instruidos en la única Ciencia, se transmutaran en miembros y participantes de la Sociedad Sin Clases. En tal fausta condición serían los Hombres Nuevos de un Mundo Nuevo.
-Sagredi: Previo paso por la fase de Dictadura del Proletariado.
-Simplicios: El que desea comer tortilla tiene que romper huevos.
-Salviato: ¿Los de quién?
-Simplicios (dando muestras, que no vana ostentación, de ataraxia zenonita, nuestro hombre contrólase y no reacciona con pasión desmedida): El sendero hacia la Sociedad Justa demanda padecimientos.
-Salviato: Estos Pesimistas no analizan tal momento de la futura (¿) Historia, sino los previos, en los cuales los Sapientes se guían por una antiquísima máxima, no kantiana a todas luces (sombras): primero Yo, en segundo lugar Yo, más tarde Yo …, y finalmente Yo.
-Sagredi: Dialogo hemos sobre ello, veces no pocas. Una un sistema de ideas muy negativo con Rousseau, y con nuestra especie.
-Salviato: Es el continuo debate entre éste y Hobbes, que sirve de trasfondo a nuestros coloquios políticos. Irresoluto, e irresoluble para muchos.
-Simplicios: No para Herr Karl, quien ha probado concluyentemente, tras análisis de la historia y la economía, que los humanos son “inhumanos” como consecuencia de la lucha de clases. Desraizada ésta, encontraremos nuestra auténtica naturaleza.
-Sagredi: Que es angelical evidentemente.
-Salviato: Pero para arribar a ella habremos de pasar la revolución, por muchos huevos rotos. En fin, los sofistas y similares juzgan que somos ante todo egoístas, y materialistas. Dicho en román paladino, que el paisano corriente y moliente se preocupa sólo de sus necesidades inmediatas, i.e. comer y dar de comer a su prole (proletariado). De modo que toda esa martingala de la voluntad general, la situación originaria, el contrato social, la división de poderes, el gobierno del pueblo etecé, etcé, etecé, le da igual. Le suena a disquisición filosófica para eruditos ociosos …
-Sagredi: ¿Cómo nostros?
-Salviato: Pudiera ser. En resumen, intelectuales que pasan sus muchas horas de dolce far niente especulando sobre entelequias sociopolíticas, ¡pero sin ganar en la Bolsa! ¡Pérdida de tiempo!, proclaman, el muerto al hoyo y el vivo al bollo: ¿cuánto va a llegar el sueldo, o la paguita?, eso es lo primordial.
-Sagredi: Mísera descripción de nuestros congéneres la de los anti-Leibniz.
-Simplicios: Pero no exenta de verdad, pues es resultado de la sociedad de consumo, de la repulsiva economía de mercado.
-Salviato: El tema es que a los convecinos les importa un bledo si Montesquieu ha muerto, está vivo (lo mismo reza para El Gato), o está desaparecido huyendo de la bruja de su mujer. Todos esos entramados conceptuales sobre la sociedad y la democracia ni le van ni le vienen; son para discursos en los parlamentos, en las campañas electorales, y en las aulas universitarias: esto es, vanidad de vanidades, y todo vanidad.
-Sagredi: No deja de ser comprensible esta visión del mundo.
-Salviato: Lo es lo es. Por mi parte vuelvo a mi proposición habitual: quizás la hobbesiana sea la descripción correcta de la condición humana, pero es preciso emplear la visión rousseaniana si deseamos edificar la sociedad. Caso de hacerlo de este modo sólo nos espera el desorden político después del caos natural.
-Simplicios: ¡Qué oscura perspectiva!
-Salviato: Certo! Por ello es primordial emplear contextos ideales (mundo sin fricción, situación primigenia) para explicar la realidad, o para construirla, socialmente.
-Sagredi: “Porque, en un análisis final, nuestro básico vínculo común es que todos habitamos este pequeño planeta, todos respiramos el mismo aire, todos deseamos lo mejor para el futuro de nuestros hijos. Y todos somos mortales”. Palabras sonoras de John F. Kennedy.
-Simplicios: Perdona que no reaccionar con calor humano, porque Yanquilandia es la fuente de la alienadora sociedad de consumo, paradigma del capitalismo. Además he de recordaros que en un futuro próximo, y aciago, se pronostica una gigantesca (¡pero tela de grande!) migración de patos havelda desde los Grandes Lagos hasta Groenlandia, ¡mucho mayor la habitual! Hasta el extremo que tales patos, llamados asimismo de cola larga, “colonizarán” la Isla “Verde” (emoticono de desesperación).
-Salviato: Honestamente, no sé si interpretar ese citado enunciado de JFK como lupino o lo contrario. Pero sí, rezuma esperanza, o parece desearla en todo caso.
-Sagredi: la misma ilusión se halla en lo de: hemos elegido ir a la Luna en esta década no porque es fácil, sino porque es arduo. Igualmente: no preguntes que puede hacer tu país por ti, sino que puedes tú hacer por él.
-Salviato: ¡Hum!, esto no casa con el Egoísmo radical que los no-leibnizianos atribuyen a las gentes comunes.
-Simplicios: ¡Me importa un pimiento lo que manifestar JFK! Era sólo una atractiva envoltura colocada sobre los intereses de plutócratas y capitalistas sin conciencia: fachada, mentira, ideología-máscara.
-Salviato: ¡Salut i força al canut!
-Simplicios: ¿A qué viene esto ahora? (emoticono de desconcierto). Hállote sicalíptico caro amico.
-Sagredi: Por mi parte encuéntrote muy occitano (emoticono risueño).
-Salviato: A lo primero, no, en absoluto. Acabo de descubrir por medio de Internet que la expresión tiene siglos, y “canut” es la bolsa cilíndrica usada por los payeses para llevar sus monedas. A lo segundo, afirmativo: en referencia a Pierre Vilar, y su ”sombra” sobre sobre la condición humana, ¡hum!, ¡ay!
-Sagredi: Quisiera reincidir sobre la “acusación” de que una mayoría de las personas están alienadas, esto es idiotizadas, por la propaganda capitalista. Esto es un diagnóstico muy común entre los zurdos, en especial sus brahmanes, que me resulta hiriente para los ciudadanos, incluso en el aspecto económico.
-Simplicios: Es que todavía no son ciudadanos, son tristes Sapientes que en verdad no son dignos de tal calificativo, porque el martillo de la prensa burguesa y todos sus otros medios de comunicación, que en realidad son de manipulación de las mentes. Por tanto es preciso un proceso de deslavado de cerebro, de reeducación.
-Sagredi: ¿En un campo de concentración en Siberia?
-Simplicios (imagen de la ataraxia una vez más): En tiempos excepcionales, medidas a la par.
-Salviato: Me gustaría orientarme hacia el perfil económico. Era muy típico de la izquierda posmoderna, del 68, aseverar que el sistema capitalista nos tiene tan adocenados con su ideología-máscara que nos hace comprar bienes que no necesitamos; sería capaz de imbuir en nuestras voluntades el deseo por sus productos partiendo de cero interés. De nuevo hay una visión muy vejatoria de El Pueblo; éste como tabula rasa sobre la que puedes escribir lo que te dé la santa (empresarial) gana. En este caso puedes “crear” demanda para montañas de mercancías, fútiles, y conseguir que tu empresa se forre.
-Sagredi: Es que para esos marxistas, algunos de La Escuela de Frankfurt, somo pardillos; se nos sugestionaría de tal modo que la Oferta de las distintas firmas se transmuta (por trucos del Mercado) en nuestra Demanda, ¡seríamos como niños!
-Salviato: Es la tesis según la cual la demanda en el sistema capitalista no surge de las voluntades individuales, sino de la Oferta, lo que conviene vender a los industriales en cada momento, según sus exsitencias.
-Simplicios: Hay mucha mucha verdad en ello.
-Sagredi: Caballo de batalla entre marxismo-leninismo y liberalismo económico. ¿Somos tan influenciables?, ¿marionetas de la publicidad?
-Salviato: Domanda dificile! Dado el caso que los tres somos cinéfilos, aplico aquí una circunstancia que nos ha dado de qué charlar. Estamos muy al tanto de que la industria cinematográfica invierte enorme cantidad de pasta (no italiana) en la mercadotecnia, pero con aun así un largometraje puede no conectar con las audiencias y ser un fracaso; y hay ocasiones en que un producto independiente, con poco presupuesto (lo cual incluye la publicidad) hace tilín a los espectadores y recauda un montón en taquilla.
-Simplicios: Son ejemplos paradigmáticos, en efecto.
-Sagredi: El cine no es la única instancia donde se ha intentado falsar la teoría de que la oferta crea la demanda. Que por otra parte no enuncia ningún disparate; como de costumbre en mi caso, me ubico en la mediedad aristotélica.
-Salviato: Prudente colocación.
-Simplicos: Los medios de comunicación capitalistas lavan el cerebro, os lo aseguro por lo más sagrado.
-Sagredi: Esto es, por El Treviriano.
-Simplicios (de nuevo en modo inasequible a las puyas ideológicas): [es que no responde nada].
-Salviato: La controversia está en la naturaleza de El Pueblo: retornamos siempre a ello. Si es fácil engañarle, en tal caso es todavía más urgente disponer de una estructura legal/jurídica que impida que la Voluntad de la Mayoría cometa atropellos.
-Simplicios: Piensas en Herr Adolf evidentemente.
-Salviato: En él y en alii. Retorno a Rawls y la cortina del desconocimiento en el estado primigenio. Debido al hecho de que no sabemos si tendremos éxito o no en la comunidad, si seremos ricos o pobres, eficaces o torpones, famosos o donnadies …, escogimos un sistema ecuánime, con contrapesos. Así que nadie es muy ricachón, ni nadie es pobre de solemnidad; sería próximo a la competencia perfecta, que sí, es en muchos sentidos una coyuntura “ideal”, como la ley de la inercia/sin rozamiento.
-Simplicios: Insisto en que el esquema/planteamiento tiene buena pinta, aunque no tanto como el materialismo histórico por supuesto, que es ciencia, no conjetura.
-Salviato: Vamos a unos (conjeturales desde luego) ejemplos, por concretar. Imaginemos que Batholomew Featherstonehaugh es más burro que un arado, pero sí posee una cualidad única: es capaz de dormir de pie y con los ojos abierto. Provisto de este rasgo se contrata como vigilante nocturno de obras paradas, profesión honorable ¡que él no cumplimenta! Debido a que defiende el Igualitarismo Absoluto, reclama un sueldo equivalente al 90% del que cobra el ingeniero principal …; resultado: éste abandona para siempre su profesión y se dedica a temporero en la vendimia de La Rioja, porque ¡para qué romperse el coco con tanta física y matemáticas! Ahora encontramos a Nathaniel McGillicuddy, que nunca ha conseguido dibujar la consabida O con el notorio canuto, pero asimismo cuenta en su Haber con una capacidad asombrosa: es capaz de desenroscar bombillas sin tocarlas, girando todo el techo alrededor de ellas. De modo que adquiere plaza provisional en unos bloques de apartamentos de nueva construcción; como seguidor del Igualitarismo Total, exige un estipendio de 4/5 de lo que recibe el dueño de la constructora. Así pues éste decide retirarse anticipadamente, instalándose en las Seychelles forrado, con su esposa, sus dos amantes y sus tres perros cobradores …
-Simplicios: Ello demuestra la cantidad de pasta que el vil burgués extrajo de la fuerza de trabajo de sus currelas, engulle-plusvalías irredento …
-Salviato: Giusto! Dentro de un momento haremos la disección del capitalismo de rapiña, pero mientras tanto continuemos con el Igualitarismo Incondicional. Otro de sus adeptos es Ebenezer Smith-Redshaw, que no sacó ni la primaria a pesar de esforzarse y esforzarse. Otro individuo con una habilidad de gran valor, e inusual en nuestro género (uno): es capaz de matar moscas a cañonazos. Lógicamente se emplea en una fábrica de carros de combate, hoy muy en demanda; en su caso solicita un 80% de los beneficios que recoge el empresario. Éste decidió dejar de serlo, ¡fuera dolores de cabeza y estudios de macroeconomía!, y se coloca como jardinero en mansiones de muchimillonarios de California.
-Sagredi: Está claro por dónde vas: ahora te toca dar leña a los proletas.
-Salviato: Mientras reinaba la Ignorancia primigenia, cuando el Individuo no poseía (conocía) sus atributos (Robert Musil) todos aceptaban participar en una carrera partiendo del mismo punto, y tolerar a los que llegaban antes a la meta.
-Simplicios: Imagen/modelo típico de la Ilustración.
-Salviato: Esatto! Pero todas esas promesas, ese Pacto (inicial) se derrumba cuando somos John, Peter, Manolo, Günther, Pepi, Robustiana o Brigitte. En tal situación, no la Primaria, buscamos el interés de nuestro Yo, desde la perspectiva de las aptitudes y condición social de Yo. Asoma la cabeza el Egoísmo, Absoluto, Total, Incondicional.
Sagredi: No de todos, están p.ej. los kantianos, los cristianos, y otros.
-Salviato: Sono d’accordo. Pero sin duda el Egoísmo, quasi-metafísico de Stirner, domina amplios territorios y mentes. En consecuencia, acabamos todos a h…
-Simplicios: Amico! Te ruego por favor que no profieras palabrotas.
-Salviato: ¿Quién lo ha hecho? Sólo he dicho “hache”, seguida de tres puntos suspensivos.
-Simplicios: Concedido.
-Salviato: Pero he aquí que una metamorfosis acaece a Nathaniel, en la Circunstancia de su Yo. Su hermano Zachariah, sí era capaz de hacer Os con canuto, y sin él; muchas Os y muchos 0s, porque el tío era listo como el hambre, laborioso y ahorrador como un escocés (aunque era irlandés). Zachariach McGillicuddy digo, amasó una considerable fortuna en su empresa de computación cuántica; pero ¡ay!, falleció en fatal accidente cuando su Ferrari se salió de la carretera toscana que le conducía a su Villa recién comprada.
-Simplicios: Mi más sentido pésame a Nathaniel McGillicuddy, por su temprana pérdida, porque él es un currante, a pesar de que Zachariah no lo fuera.
-Sagredi: ¡Hipótesis, escenarios!
-Simplicios: Certo!
-Salviato: Continúo con la historia. El caso es que Nathaniel McGillicuddy resultó ser el heredero universal, Absoluto, Total, Incondicional de Zachariah McGillicuddy. Ante tan drástica alteración de su Circunstancia, decidió suspender su adhesión a los partidos zurdos, se transmutó en paladín de los bajos impuestos (inexistentes mejor todavía), y se negó en redondo & en cuadrado a pagar a su sustituto-desenroscador lo que no fuera el salario mínimo. Además ha adquirido una mansión de chiquicientas habitaciones y tropecientos cuartos de baño, colindante con la de su antiguo empleador. Ambos, los dos, el dúo, se han convertido en grandes colegas, jugando interminables partidas de mus y corriendo con los chuchos cobradores.
-Sagredi: ¡Los Intereses Creados!
-Simplicios: Los Intereses son siempre los réditos, beneficios, dividendos de la clase explotadora.
-Salviato: Sustancioso el planteamiento “contractual” de Rawls, en especial el manto del desconocimiento.
-Sagredi: Siempre he alabado la consistencia de la teoría quasi-omniexplicativa de Rawls, en lo referente a la política, y a la ética.
-Salviato: Lo mismo por mi lado. Y nos puede echar un cable cuando El Pueblo al pueblo se le va la olla, y se comporta como masa. Repitiéndolo, está el luctuoso evento de la voluntad de la mayoría de los germanos de anular muchos derechos de los mosaicos. Y esa mayoría puede (ha podido, podrá) negar derechos a: arrianos, monofisitas, ismaelistas, católicos, sunnitas, jansenistas, chiitas, gitanos, cátaros, puritanos, presbiterianos …, ¡elijan VDs.! El Pueblo puede arrebatar propiedades a los ricos, o hacer que paguen impuestos inconstitucionales, por el bien de la mayoría; o lograr que den títulos de bachiller inmerecidos por mor de la igualdad de todos (de la mayoría) etc. Puede ocurrir que un Pueblo bien adoctrinado/amaestrado por los de Arriba conceda privilegios (=leyes privadas) a una minoría considerada “diferente”, p.ej. príncipes del Antiguo Régimen, o de la Iglesia, o de la Economía de libre empresa (acaudalados).
-Sagredi: En el último caso la Mayoría iría contra su propio interés, i.e. ¡ilógico!
-Salviato: Lo mismo en el primer caso.
-Simplicios: ¿Cómo?
-Salviato: ¡Comiendo! Si por igualdad extrema otorgamos títulos de Bachiller a los no han estudiado/saben suficiente, al final la nación se encontrará en enorme desventaja en I+D+i, tendrá que importar tecnología, se colocará a la cola en crecimiento endógeno etc. En suma, el país será “satélite” de otros más desarrollado: la mayoría pierde, al final del proceso.
-Sagredi: Lo hemos comentado ampliamente en efecto.
-Salviato: Si un estado, por favorecer a la mayoría de los votantes, “toca” la propiedad privada de los más boyantes económicamente, p.ej. la okupación; si impone tasas descabelladas a las empresas más florecientes para proporcionar subsidios descomunales & ilegales a la mayoría …, ello causará que capitales huyan a otros territorios, y que desde éstos no arriban, esto es, ¡perdemos todos!
-Sagredi: Lo capto. Tema muy conocido.
-Salviato: Por todo ello en la situación originaria todos “convinieron” en un conjunto de leyes, equitativas/racionales. Ellas son siempre el intermediario para la intervención del Ejecutivo; porque éste, para conseguir votos puede favorecer (privata lex) a cierto grupo de interés hoy, y mañana a otro. Pero se trata de la Voluntad General, no de la Mayoría, que puede desacarriarse.
-Sagredi: De hecho antes de la Ilustración, los sistemas políticos incluyeron esclavismo, militarismo extremo, exclusión de clases, privilegios, intolerancia religiosa etc. etc.; los condenamos hoy, desde nuestra teoría omniexplicativa, pero eran apoyados por la mayor parte de El Pueblo.
-Simplicios: De un Pueblo sometido a opiáceos, imbecilizado.
-Sagredi: Capisco tu punto de vista.
-Salviato: Pero después de Las Luces también las mayorías se han ofuscado, han aceptado lo inmoral/incoherente.
-Simplicios: desde la perspectiva burguesa/ilustrada.
-Sagredi: También desde la marxista en ocasiones, caso de los nazis.
-Salviato: La tesis que propongo, y no estoy solo, es que debemos gobernarnos por una Constitución, un férreo sistema de Leyes, no por la voluntad (que a vedes es capricho, y a veces poco atenta a los demás) de una mayoría. Por fuertes razones construimos aquello; de igual modo hubo sobrados motivos para crear la escritura, los ejércitos permanentes, la religión organizada, las normas obre regadías, las monedas, las letras de cambio, las asambleas ciudadanas etecé, etecé.